En mis clases (de "Ciencias Políticas", "Educación Cívica", "DDHH y Ciudadanía") me parece muy didáctico re-escribir el contenido del texto del teólogo luterano alemán Martin Niemöller, erróneamente atribuido durante mucho tiempo a Bertold Brech. Esto permite conceptualizar mejor lo que sucede con los "otros".
Ejemplos:
-"Vinieron por los portadores de HIV-Sida y yo no protesté, porque no lo era".
-"Vinieron por las mujeres y yo no protesté, porque no lo era".
-"Vinieron por los católicos y yo no protesté, porque no lo era".
-"Vinieron por los pibes pobres y yo no protesté, porque no lo era".
-Etcétera.
En todos, y en cada uno de estos posibles escenarios sociopolíticos, de no respeto a las minorías, debemos ser sidosos (mujeres, católicos, pibes pobres...) en el sentido de universalizar el cuidado de nuestro prójimo, con empatía y ternura. Eso es la "projimidad".